"No tengo tiempo" es el slogan del siglo XXI
La lucha del hombre por dominar el tiempo es una ironía. Sólo se genera el efecto contrario: la dominación del tiempo sobre el hombre. Los sentidos metafóricos de la vida oscilan entre la ciencia y la ficción. El tiempo (o su escasez) es el argumento más utilizado en la actualidad para no hacer, no aprender, no viajar, no conocer, no dialogar, no participar y otra infinidad de no.
No tengo tiempo es el slogan del siglo XXI. Siglo en el que el hombre empieza a dominar casi todas las fronteras, excepto la del tiempo. Sin embargo, el tiempo debería tener el tamaño o la extensión ideal para adaptarse a cualquier tipo de entorno productivo o educativo. El diseño es parte esencial de nuestro tiempo. El diseño, en su etimología inglesa, significa “plan mental”.
¿Se puede diseñar el tiempo? ¿Rediseñarlo?
Cuando escucho por enésima vez “no tengo tiempo”, mi decodificador interno lee “quiero cambiar pero seguir igual”. Algo así como cambiar sin cambiar. Es una lucha entre los que prefieren no hacer nada escudados en la falta de tiempo y los que se animan a reinventar el mundo porque no pertenecen a ningún espacio de tiempo. Los primeros no quieren cambiar, no pueden o no saben. No evolucionan, no experimentan, no se quieren equivocar, aunque se estén equivocando. Los segundos intentan realizar una mejor gestión del tiempo, una reinvención del tiempo.
El mundo avanza a la velocidad de los rayos. Por eso, quienes sigan dando excusas en lugar de ver las oportunidades que se les presentan, quedarán en el camino, estancados, olvidados por la historia, y se convertirán en actores secundarios de un mundo que los mirará con falsa melancolía, o simplemente los ignorará. En cambio, aquellos que generan el cambio, lo crean, reescriben la historia y diseñan el futuro serán los protagonistas de años intensos, radicalmente veloces, a la vez que ricos en aprendizaje, experimentación y evolución.
El mundo ya no es de derechas o de izquierdas, del norte o del sur, de ricos o de pobres, de occidente o de oriente. El mundo se divide entre los valientes y los cobardes.
El mundo pertenece a aquellos que más allá de su nacionalidad, profesión, sexo, edad, religión o idioma hacen del tiempo una herramienta de cambio.
El vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden Jr. escribió en The New York Times: "En el siglo XXI, la verdadera riqueza de una nación se encuentra en las mentes creativas de su gente y en su capacidad de innovar."
El reloj se inventó con un fin distinto al que le damos hoy. Cambiemos el concepto de que el tiempo pasa rápido. Seamos valientes para reescribir nuestra historia. La historia.
Y valientes para crear un nuevo tiempo. Nuestro tiempo.
¿Por qué no?
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