"El medio más seguro de ocultar a los demás los límites del propio saber es no rebasarlo"
Giacomo Leopardi
Hoy es un día neutral, no estoy feliz ni triste, ni animada ni desanimada, hay pocos colores en el ambiente, una calima incesante y un clima bastante desequilibrado.
No sé por qué comencé a escribir este post, pero primero debo confesar que tengo una especial debilidad por la lectura, no por cualquier lectura, más bien por una lectura especial, especial porque te permite reflexionar.
No tengo un tipo de libro, ni tampoco un escritor favorito, me gusta el estilo de varios, me gustan las líneas de muchos. No leo en las noches antes de dormir, ni tampoco al despertar, permito que la rutina me absorba y el tiempo pasa sin haber concluido algún texto.
Leo varios a la vez, abro páginas al azar, leo de acuerdo a mi estado de ánimo, busco cualquier libro en la biblioteca, me dejo llevar por el feeling y la buena vibra.
Tengo varios libros especiales al borde de mi cama, libros que ya he leído pero que aun tienen mucho más por ofrecer.
Acabo de abrir uno de mis favoritos...
"La sabiduría de todos los tiempos" de Wayne W. Dyer, una obra que más allá de ser una antología del pensamiento universal, muestra como los seres humanos desde sus inicios han tratado de descifrar el oficio de vivir.
Cuando me gusta algún libro, suelo compartirlo con mi padre y quizás con algunos allegados. Me gusta que también ellos compartan estas cosas conmigo.
Mi padre -un gran adicto a la lectura- siempre da su opinión al respecto, sé que un libro pasó por sus manos cuando consigo pequeñas notas dentro el. Comentarios breves, citas de otros autores que se relacionen con el tema, con la vida, alguna moraleja, pensamientos, asteriscos, líneas subrayadas, un marca libro, una servilleta, otro libro, simplemente algo más.
La frase que comparto al inicio de estas líneas no se encuentran citadas en la obra de Dyer, es una nota que mi padre colocó intencionalmente en uno de los sesenta ensayos del libro. Equilibrio es el nombre que lleva por título este escrito elegido al azar, encabezado por un pensamiento de Leonardo Da Vinci que en días pasado dejé por acá.
Una historia muy larga y tan solo 17 palabras, un mensaje valioso para una reflexión interesante...
¿Conoces tus límites?
¿Deseas ocultarlos?
