El deseo, el sexo y el amor en nuestros cerebros
“El único criterio empleado en la selección de las mujeres y los hombres que participaron en una determinada investigación llevada a cabo en el University College de Londres fue el de estar verdadera, profunda y locamente enamorados”. (Goleman)
Gracias a los avances tecnológicos, en los últimos veinte años la neurociencia ha tenido los más grandes descubrimientos. Uno de estos grandes hallazgos es que nuestro sistema neuronal esta “programado para conectar con los demás, que el mismo diseño del cerebro nos torna sociables”. Los seres humanos estamos fabricados para relacionarnos, poseemos un cerebro social y en este magnífico diseño, el sexo, el deseo y el amor no son excepción.
“La investigación, que escaneó el cerebro de diecisiete voluntarios mientras contemplaban una fotografía de su pareja y de varios amigos, llegó a la conclusión de que su funcionamiento neuronal era muy semejante al de los adictos. A diferencia de lo que sucede cuando miramos la imagen de un amigo, la contemplación de una fotografía de la persona amada provoca, tanto en los hombres como en las mujeres, la activación de las mismas regiones cerebrales, especializadas en el amor romántico. Como dice el neurocientífico Jaak Panksepp, gran parte de esos circuitos se activan también durante los estados eufóricos generados por la cocaína y los opiáceos. Estos descubrimientos sugieren que la naturaleza extática y adictiva del enamoramiento tiene una razón neuronal” (Goleman).
Aún recuerdo que cuando leí por primera vez “La inteligencia social”, estas páginas fueron algunas de las que más me llamaron la atención. Estos descubrimientos nos hablan de un “ingenioso” diseño: la combinación de hormonas, el momento en que se activan y sus elementos compositivos forman parte de un sorprendente “plan destinado a la propagación de la especie”. En este post quiero compartir un resumen del tema abordado por el psicólogo estadounidense, Daniel Goleman.
A continuación, diez puntos que nos hablan del amor, el deseo y la pasión sexual desde la neurociencia:
1. En los hombres ninguno de los circuitos relacionados con el amor participan en el proceso de excitación sexual. Sin embargo, cuando el deseo va acompañado de amor se activan regiones adyacentes a las del amor, lo que siguiere un vinculo anatómico.
2. Hombres y mujeres compartimos muchos circuitos relacionados con la pasión sexual, pero también compartimos importantes diferencias, hombres y mujeres vivimos de forma distinta el acto amoroso.
3. En el hombre solo la sexualidad y la agresividad aumentan la tasa de testosterona.
4. La dopamina es un agente químico que compartimos ambos sexos. Este agente, relacionado al placer, es altamente adictivo y se activa en diferentes actividades como el juego, la adicción a las drogas y el sexo. “Pero el efecto placentero de la dopamina no sólo aumenta durante la excitación sexual, sino que también se manifiesta en la frecuencia del coito y en la intensidad del impulso sexual” (Goleman).
5. La oxitocina es considerada como el agente químico relacionado al cuidado (Esta se activa cuando una madre cuida y estrecha lazos de apego con su bebe). Es por esta razón que las mujeres son mucho más propensas, tiene más poder en el cerebro de las mujeres que en el de los hombres. El impacto de cualquier relación sexual es mayor en el caso de las mujeres.
6. “La vasopresina (una hormona estrechamente ligada a la oxitocina), por su parte, también desempeña un papel muy importante en el establecimiento del vínculo. Lo más interesante es que los receptores de vasopresina son muy abundantes en células fusiformes, los conectores ultraveloces con que cuenta el cerebro social. Recordemos que las células fusiformes intervienen, por ejemplo, cuando formulamos juicios muy rápidos e intuitivos sobre una persona a la que acabamos de conocer. Aunque ninguno de los estudios realizados hasta la fecha pueda afirmarlo con total seguridad, estas células parecen las candidatas idóneas a la región cerebral responsable del amor a primera vista o, como mínimo, al último deseo”.
7. Es cuando termina el acto sexual que el hombre libera una gran cantidad de oxitocina y hambre hormonal “el hambre hormonal activado por la arginina y la vasopresina (a las que se conoce conjuntamente como AVP)”.
“El amor y el cariño alientan, tanto en el hombre como en la mujer, la mayoría de los sentimientos de cariño y placer que experimentan durante el acto sexual. Las dosis masivas de oxitocina liberadas durante el orgasmo, después del cual un flujo de agentes químicos parece avivar la ternura y poner, durante un tiempo, a mujeres y hombres en la misma longitud de onda amorosa.14 También hay que decir que la secreción de oxitocina sigue siendo muy intensa después del clímax, especialmente durante los arrumacos que suceden al coito” (Goleman).
Después del acto sexual, cuando no hay erección, el hombre libera más oxitocina que nunca, lo que parece ser una estrategia de nuestro cerebro social, es cuando más se acercan las funciones químicas del cerebro femenino y masculino y posibilita el establecimiento de un vínculo.
8. Los circuitos del deseo preparan a cualquier pareja para una próxima cita. El hipocampo es una estructura fundamental para el almacenamiento de la memoria, este posee neurona ricas en AVP y oxitocina.
“La AVP parece grabar con especial intensidad, en el caso en los hombres, la imagen tentadora de la pareja haciéndola particularmente memorable. La oxitocina liberada durante el orgasmo también intensifica el recuerdo, grabando en la mente la imagen de la persona amada” (Goleman).
José Manuel Guevara
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